viernes, 7 de octubre de 2011

Por qué el 15 de octubre tiene que ser un éxito

  Lo vimos en Seattle y en Génova, en las protestas contra la guerra de Irak y este mismo año en la primavera árabe, en España, en Chile, en Brasil, en Israel, en Francia, en EEUU, en Italia... El acoso a nuestros derechos básicos no tiene un origen sólo local. Los gobiernos de todo el mundo reciben presiones constantes de organismos y corporaciones supranacionales para convertir cada aspecto de nuestra vida en el negocio de unos pocos. La protección de nuestros derechos sólo puede llevarse a cabo de un modo efectivo a escala global. Necesitamos unirnos y mostrar que no podemos estar sometidos a los intereses de una minoría.

Nunca como ahora tuvimos la posibilidad que hemos encontrado en 2011. Esta protesta no será ahogada por las necesidades locales que impone la representación de colectivos, porque nace de personas que no hablan más que por sí mismas; porque sabemos que sólo unidos podemos enfrentarnos a la raíz de nuestros problemas políticos. La corrupción, el fraude fiscal o el ataque a los derechos humanos y al medio ambiente para garantizar el beneficio de unos pocos nos mueven por igual en cada país, pero no pueden ser combatidos aisladamente.

Tenemos que ser capaces de explicar lo que nos une y nos mueve en cada nodo, en cada calle, en la oficina, en el bar, en cada pasillo de cada universidad. En nuestras diferencias se halla su principal arma contra la resistencia de la ciudadanía. Una vez más, la movilización pacífica de miles de personas debe ser el arma más efectiva para deslegitimar la violencia y la manipulación. Hay mucho en juego y estamos ante una oportunidad sin precedentes. Ha llegado el momento de que nos escuchen.
En la calle, en la plaza y en las redes, ayuda a difundir, explicar y movilizar: